Actualmente vivimos en un mundo donde nadie está exento de poder sufrir una agresión. Continuamente leemos en las noticias sucesos donde se han producido ataques violentos a personas, por múltiples motivos (o sin ellos) con resultados a veces fatales.
La defensa personal es el conjunto de habilidades técnicas y tácticas que facultan al defensor para evitar o repeler una agresión hacia sí mismo o terceras personas, buscando causar el mínimo daño al agresor y teniendo siempre presente la normativa legal del Código penal español.
Esta autodefensa nos enseña a no ser violentos, a mantener la calma y el control en situaciones de agresión y riesgo personal.
La defensa personal no constituye solo un conjunto de técnicas realizadas de forma rígida o mecánica; más bien pretende formar en la persona un conjunto de actitudes mentales y corporales para que disponga de la capacidad de poder defenderse de agresores o de saber reaccionar ante situaciones inesperadas.
Por tanto, lo que se busca con el aprendizaje de estas técnicas es dar un punto de partida para que la persona pueda estar preparado física y psicológicamente, para evitar, o en su caso, repeler, una agresión independientemente de su edad o condición física.
